Cuando creíamos hallarnos ante un nuevo film que exalta las proezas aviatorias de los caballeros del aire, nos encontramos nuevamente con nuestros viejos conocidos: el rico estanciero, la heredera inquieta y suspirante de amor, el audaz aventurero sentimental y cínico y el imprescindible galán, cuya misión es conquistar a la estrella para toda la vida.
En un ambiente del oeste, de la frontera méjicoamericana, se desarrolla a través de inocentes intrigas y aventuras -a las que no faltan los matices humorísticos-, el conven- cional idilio de la juvenil pareja, bajo el claro de luna y la clásica serenata con música de guitarra. Para mayor pintoresquismo, los personajes mantienen un diálogo bilingüe que les permite expresar sus sentimientos en inglés y en ese español marca exclusiva de Hollywood.
Por cuanto queda indicado, la nueva película lanzada al merca- do no añadirá prestigio a la Paramount, que en esta oportuni- dad se ha limitado a reproducir en la pantalla un viejo clisé, siquiera éste sirva para mostrarnos la sugestiva gracia y movilidad de Lupe Vélez y los recursos expresivos de los excelentes actores Leo Carrillo y Melvyn Douglas.
J. C. V., publicado en el diario ABC de Madrid, el 14 de junio de 1933. (Página 44)
La ilustración corresponde a un fotomontaje de la película y un fragmento de la cartelera cinematográfica tal y como se publicó en el mismo diario, el 11 de junio de 1933.
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