(Fragmento del capítulo 5: Cuéntame una de vaqueros)
La
película era un western que ubicaba su acción en la California todavía
mexicana de 1840, y su protagonista sería aquel joven actor a quien Lupe había visto
durante la exhibición de Cielo de gloria y quien durante todo ese tiempo había demostrado
que portaba bien el sombrero hasta lograr que el púbico lo identificara por las
películas de vaqueros.
La canción del lobo representó para Lupe una curiosa
conjugación de amores: pretérito por el cantante Russ Columbo, quien hacía el
papel de Ambrosio Gutiérrez; presente del infinitivo por Fleming; y futuro del
adivinativo, porque apenas se vieron tanto Cooper como ella y fue como si
acabaran de inventarse el uno al otro. A Gary lo presentí,
como si lo hubiera soñado desde siempre.
Al
percatarse de la atracción entre ambos, Fleming comprendió que estaba por
invertirse la situación que tanto él como Cooper habían vivido con Clara Bow y
prefirió dejar que los acontecimientos siguieran –de acuerdo con la forma de
pensar de Lupe-, el curso natural de sus destinos. Optó por marginarse sin
competir por ella con su recurrente rival en amores.
La Canción del Lobo, sobre la errática pasión entre un
trampero de Kentucky y Lola Salazar, la hija de un rico hacendado hispano,
obtuvo más éxito del que hubiera merecido, impulsada en buena medida por el
romance entre Cooper y Lupe, que se había convertido en uno de los temas
favoritos entre los columnistas del ocio. El New York
Times criticó a Fleming por
haber “prolongado un beso violento que se tornó absurdo más que apasionado.” Y
ésa bien pudiera ser la mejor descripción para la relación entre ambos, de
una apasionada violencia que desembocaría en el absurdo.
Cuando conocí a Gary lo primero
que hicimos fue discutir. Durante días nos comportamos como si nos odiáramos,
hasta que tuvimos que besarnos. Siempre supe que llegado el momento Gary iba a
ser mío.
Jules Etienne
No hay comentarios:
Publicar un comentario