viernes, 1 de diciembre de 2023

Lawrence Tibbett: PUEDO CREER TODO LO QUE ME DIGAS


(Fragmento del capítulo 10: La condesa vestía de negro)

Mientras, Cooper seguía en África cazando fieras y Lupe, para compensar su ausencia, había declarado abierta su peculiar temporada de caza. Herida en el orgullo y convencida de que seduciendo a todos los hombres que paseaban a su alrededor sería la mejor manera de recuperarse de la ruptura, llegó al foro más coqueta y bromista de lo habitual. Por entonces Tibbett estaba recién divorciado, y en esas condiciones quedaba en rango para la puntería de Lupe.

- ¿Así es de que tú eres ese famoso barítono que será mi galán en la película? -le preguntó Lupe cuando los presentaron y sin darle tiempo a responder tomó su mano y la llevó a su pecho-, mira como palpita mi corazón por la emoción de conocerte.

Aunque él ya había trabajado antes en el cine, cuando protagonizó La canción del bandido, no terminaba de familiarizarse con el ambiente relajado de los actores, todavía acostumbrado a la tensión de las presentaciones en vivo que demanda la ópera. Desconcertado, no supo qué responder y Lupe aprovechó el titubeo para lanzarse a fondo. Lo miró a los ojos y continuó con su provocación.

- Tú debes imaginarte que Lupe es morena desde aquí hasta abajo, ¿eh? Pues no, lo que ves -hizo un ademán para referirse a su cara y sus hombros- está quemado por el sol, pero de aquí para abajo -señaló su pecho-, soy muy blanca. ¿Quieres verlo?

Cuando comenzó a bajarse los tirantes del vestido, ante la expectación de los técnicos y el personal que laboraba en la película, quienes ya estaban esperando que Lupe se desnudara enfrente de todos, Tibbett la detuvo. Ruborizado, balbuceó:

- No es necesario, te creo. Puedo creer todo lo que me digas.

Jules Etienne

La ilustración corresponde a Lupe Vélez y Lawrence Tibbett en un fotograma de la película Bajo el cielo de Cuba (The Cuban Love Song, 1931).

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